Un “soneto” al día contra la ausencia
me hice prometer que escribiría
y mientras el séptimo componía
caí en la cuenta de mi penitencia
Sé que de ti depende mi existencia.
Con premeditación y alevosía
haré de nuestro amor apología
y de tu promesa una fiel creencia.
Que te descubriré aún siendo bisoños
como en La Habana, Praga o Leningrado
se alzan con crisantemos los otoños.
No renunciaré al castigo sagrado
de ser: laurel, junco, roble o cambroño
si este sentir fuese por mi ultrajado