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15 jun 2011

ARTE Y LITERATURA

Desearía
que siguiese leyéndome esos libros
apilados en mi estantería que han ido cogiendo polvo
con el paso de los años
y que con tanta ilusión abre,
para con una sonrisa preguntarme
-¿Has leído “Funes”?-
Me encantaría
que me explicase, por ejemplo, que es un soliloquio
o un cronotopo idílico,
o que siguiese afirmando
que soy un oxímoron personalizado.
Que le haga gracia como utilizo en mis “poemas”,
de forma inconsciente, ciertos recursos literarios
que yo ni siquiera sabía que existían ni conocía sus nombres.
Que continuase tumbándose boca abajo en mi cama
con las piernas entrecruzadas, el ceño fruncido, señal  del ímpetu
con el que lee, mientras yo la miro de reojo y esbozo una sonrisa.
Porque encontrarla en estos momentos de mi vida
me hace plantearme las firmes teorías 
en defensa de la soledad.
Es sano no pasar del –me gustas-
aunque cuando duerme a mi lado le susurre al oído un tímido y entrecortado
-te quiero-

6 jun 2011

REFLEXIÓN SOBRE LA NO-VIDA

La falta de valor provocada por la alienación de la sociedad actual nos impide pensar profundamente en la no-vida. Aunque todos nos hemos dejado llevar alguna vez por los sentimientos viscerales a causa de un dolor insostenible, pocos y en escasas ocasiones, han reflexionado insondablemente sobre ello.
En los pesimistas esta reflexión aparece a menudo para el delirio y a la vez deleite de una mente imantada al "auto-sufrimiento"; (pues pensar en la utilidad de la existencia es de forma obsesiva, angustioso) aunque es cierto que sólo cuando el sufrimiento es tan intenso que podríamos arder como un árbol solitario al que le ha alcanzado un rayo en mitad de una tormenta, uno se libera y reflexiona sobre la predisposición a plantearse la “utilidad” de la vida.
Entrar en ese paroxismo significa volatilizar la realidad insustancial. Es entonces cuando se establece la madre de las dudas (planteada de modo condicional), provocada por ese persistente pensamiento visceral y la vida adquiere un desequilibrio tal que ningún motivo racional logra consolidarla…
La pregunta siempre comienza con un:- ¿y si…?-
El peligro reside en pensar durante mucho tiempo sobre la no-vida porque estas continuas reflexiones oscurecen la “esencia” de la propia vida y le infringen una herida decisiva que jamás suturará. Es más, irá mermándose hasta infectarse con el veneno que emana de los colmillos del sufrimiento y ese sufrimiento acabará en un paroxismo febril que nos trasladará en el mejor de los casos, a un lirismo poético.
No hablo aquí, a diferencia de en mis "poemas", de vanagloriar la acción que determina el final. Esta vez voy más allá en un alarde de falso optimismo y a su vez -doble- preocupación. No me estoy refiriendo en este caso a legitimar la acción última y radical de auto-inmolarse, sino todo lo contrario: la batalla ante el sentimiento de no-vida dentro de la vida misma al superar y desechar la inmolación.

-¿Qué hacer una vez que la fiebre remite y la calma retorna su estado natural cerrando las puertas de la realidad “paralela”?- ¿Cómo nos enfrentamos a la no-vida?-
La vida no tiene sentido, pero todos y cada uno de nosotros nos empeñamos en inventarnos uno. En mi caso fue el amor.
Hay quienes con una postura romántica creen en el destino (en una posible sustitución de Dios). Otros, quizá más escépticos, piensan que sólo ellos tienen el control sobre sí mismos y que cada acción tiene su reacción. Sea cual fuere nuestra posición, ¡ambas son inútiles!
Nadie es dueño de sí mismo y sólo nos damos cuenta de ello cuando la vida enmudece y la soledad más profunda inunda “nuestro” cuerpo para estrangularnos el alma, que no opone resistencia. Se limita a mirar con los ojos de una criatura recién nacida mientras es devorada por los recuerdos más espantosos de "nuestras" acciones pasadas. Entre convulsiones incontrolables vamos muriendo lenta y agónicamente, suplicando clemencia cuando en el último suspiro somos presa del pánico, pues todos tenemos una ligera idea de la muerte ajena, pero nadie es capaz de soportar tal ignominia en sus propias carnes.
Pedid perdón, como lo hago yo a través de este texto, a las mujeres a las que les habéis causado dolor, a todas las que han derramado, derraman o derramarán una lágrima por nuestra culpa, a todas las que jamás nos perdonarán y sobretodo perdonadlas también a ellas pues os acercaron al precipicio, os condujeron al abismo de las cumbres mal altas, os descubrieron lugares inhóspitos a través de la crueldad pero fue ese sufrimiento el que os hizo sentir vivos.
-¡Lo siento!-

3 jun 2011

EL LLORO DE UN LIMÓN EN UNA TORMENTA

Cuando se mira la vida con los ojos de un vencido
nada tiene sentido
la poesía no tiene cabida,
es más, ni siquiera es necesaria,
pues sin esperanza
no hay versos
y sin versos no hay existencia.

Es hora de involucionar
y asentar como principio
la afirmación de Schopenhauer:
"la felicidad es la usencia de dolor"

1 jun 2011

EL PADECIMIENTO CONTINUO

Se ha ido y al parecer para siempre.
Hace unos meses sufrió un terrible accidente
al despeñarse
contra la Verdad de la vida.
Anteriormente había creído
(y se compadecía por ello)
ser superior al resto
en el único aspecto importante.
No lo consideraba una virtud sino un defecto
pero llegó a pensar que todo era cierto.

-Los "escritores" son unos cobardes
y los "poetas" miserables asesinos a sueldo,
(sus víctimas...ellos mismos)-

Él fue su propio verdugo.

Hace aproximadamente un año conoció a una escritora
extremadamente inteligente, con ojos saltones
que cariñosamente apodó como pequeña Buk.
(La admira)

Hoy recuerda unos versos suyos:
"Se me ha llenado de arrugas el puto corazón
Se me ha teñido de canas la vista
El odio danza en mi lengua,
que ya funciona por si sola
quisiera arrancarla,
volver a ser yo
¿Acaso ya es tarde?
Ni lo sé, ni me importa

Ahora voy a limitarme a encender el próximo cigarrillo
Voy a tumbarme en la cama
miraré el techo,
construiré formas sobre el maldito gotelé,
rezando por tener una pistola"

En estos momentos él se sentía así.
Hacía meses que no escribía algo "decente",
ni sabía cómo hacerlo, ni se atrevía
Estaba perdido.

Quizá el pacto con sí mismo
se estaba cumpliendo
y desear vivir como el resto
había comenzado a matarlo.