Aun sin ser yo Lope ni vos Violante
(siendo eso sí, amor real el nuestro)
pretendo sacarle, como el maestro,
de amor un suspiro confortante.
No habrá jamás nada desesperante,
la distancia embiste, mas como diestro
lidiaré firme y con temple el siniestro
evitando a cualquiera que os suplante.
¡Amada de nobleza proletaria
que se convierta en épica este amor!
Quiero ser golondrina portuaria,
en vuestro navío anidar con clamor
para encontrar el norte sin plegaria
y no temer jamás al desamor.